El Ebrancado (Intro01)

Ros del Olmo

 

 

 

 diciembre -22

 

Si la rama sana la criatura sanará también, el cerezo de María. El cerezo de Juan. Aún parecen muy jóvenes

cuando se miran al pasar.

Al dormir con los labios pegados,

me recuerdas a los látigos que se usaban en las montañas fronterizas

para mandar mensajes.

 

“Esta agua no me sacia y la tripa me bambolea para los lados como una arandela”                  “Quiero un agua más elevada, una fuerza inmensa que se concentra en lanzar sus rayos contra mi lengua y así se me quede negra con los dientes muy blancos de la saponarias, bajando el río haciendo espuma mi lengua”.”Mi hijo de madera, de masa y de sebo, Y las yemas azules por el yerbajo índigo abren sin tocarla.

Me cogen de las astas, me llevan bajando el río

 Se subió al tejado, inspeccionó los pájaros, un cloqueo, un alarido escupió las semillas duras sobre las tejas meó en dos de las tres tinajas, dóblate sobre las rodillas, dóblate muchacha me dice,

 

y que empiece el chaparrón.

 

.

.

¿cómo nos intercambiamos poemas de amor en dos idiomas coloniales, en dos palabras con barco?

Puedo dejar de regalarles joyas de la familia a mis amantes.

UN COLLAR DE CUENTAS AZULES CARO

Y no puedo con cualquier herencia.

 

La amortizo

al borde de 1,2,3 camas

 in the house of my love. 

 

“Voy a construirte un dormitorio con cortinas en mitad del living”.

 

Montaña se quejaba siempre al teléfono, que no podía cambiar nada, porque siempre se le llevaba por delante el nombre de la familia.

El Ebrancado pintado de azul noche y caqui en la habitación pequeña

agitaba sus ramas pero no sonaba

 

a nada que pudiésemos conocer.

 

Una cajita preciosa al fondo del pasillo. Las palabras mágicas, inteligentes. 

Dichas al unísono

 

Los metales de mi cuello tienen fiebre, oh oh the fantasy of wearing pearls

Leerte en voz alta, the fanstasy of reading you

[la fantasía de leerte]

Un niño que no ha nacido, no ve la costa, es todo agua.

Sonríe todavía.

 

No sabe hablar tu idioma.

 

.

.

Iba a pedirte esa noche que me cortaras el pelo

Pero no viniste y me lo hice yo.

Crepitan

mis sortijas se preguntan como es que tienes

un deseo tan pequeño:

 

Un interés legítimo por la hagiografía,

 

Buscando donde buscar. Y a la víspera casi con un pie en el zaguán, cortar esa manzana,  tirar la otra mitad por esa senda que no te conoce,                                            que no te va a conocer.

 

Me queda una rama para la que necesito consejo:

 

No me parece indeseable parecer indeseable.

Y de repente empecé oler a ti,

a tener tus labios,

a lucir tus collares.

 

 

 

Siempre anima
buscar casas,
recorrerlas por dentro como quien llora para los entierros que vienen,
pincharse un pie y arrancar el buzón, el erizo y el número de la puerta:
no decirle a nadie qué fue, dónde estás

 

si en las Quebradas, Las Locas o en los Cantos, si acaso fuere
reina afanosa de la conservación del último relicto de un bosque nublado
en el municipio de Camarrío,
desbordado y sin ángel entre las dos aguas. Pra donde me fui.

 

 

un pobre abejorro

se estaba acariciando

prisionero por los amarres.

 

De su bazo          sacaron piedras para hacer muchas cosas, porque antes el monolito quedaba donde el puente    presidido por la cantera de Panteoneros,

4 siglos después del entierro original.

Un hueco bien oscuro le había dado el nombre.

No hacía tanto tiempo que se dedicaban a la crianza de animales:

Esas Alas transparentes, azogues y espátula se reconocían desde el primer recodo de la carretera, hacían t         temblar los ribetes congelados.

Estamospreparadas para el tropiezo.

(…)

Preparadas para el despiece Panzatambor,

 

Como el principal problema del acuerdo
Es lamer el espejo

 

Había una eléctrica y otra de gas.
En cada habitación asignada.
Los vástagos se llenaban de vaho y lloraban cuando se despuntaba el alba.

 

No dicen la verdad ninguna de las dos.

No llevaban cuchillo.

 

Estaba escuchando música en el regional y el cielo rosa andaba por las viñas angostadas de enero. Se verá             puro fuego en siete meses como un bebé prematuro.

¿hasta dónde me llegarían los pies en esos surcos?

 

Se puede caminar al lado del tren.

Se puede caminar junto a una ballena varada.

El primer vecino que sale al trabajo casi nos descubre

escuchar de cerca     de paso    que ninguna llevaba cuchillo

silbaba todas las chicas solteras llevan anillos blancos

   cerca del pecho.

 

Estaba viendo la foto clasificada como animal pero hace ya semanas que no soy capaz de ver al gato entre los       huecos de Nueva Francia.

Dimos la vuelta en la calle del Calvario, estábamos en apenas sombra.

De eso me acuerdo. Que ni medio santo podría haber sacado tantas cosas

de mi cara.

Y guardamos silencio como si alguien se hubiese muerto.

Hundiste un poco tus zapatos caros en la tierra

y eran las cinco.

 

Preparadas para el tropiezo,

no se habrá equivocado esta vez.

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