Dramaturgias expandidas: aproximaciones a espacios de sanación mediante el gesto escritural

Paulina Oña

Entran. Sin necesidad de abrir las puertas. 

 Personajes:

Solicitante
Curandera

Todas las escenas ocurren en la virtualidad de las pantallas, en los espacios oníricos de la solicitante y la curandera y en las respectivas casas de cada una. Es el año 2026.

El siguiente es un intento dentro de mi práctica artística (brujística), de dramaturgizar un espacio de sanación con una solicitante, quien ha colaborado activamente en este proceso de creación. El siguiente es un conjuro performático, guion-hechizo.

A partir de una serie de encuentros con la solicitante, se fueron formulando espacios escriturales para revisar/revisitar los mitos que configurarían las construcciones afectivas desde donde se activan las subjetividades, para que, por medio de estas, se formulara el rito escénico a ser performado. Autoficción ritual. Los dispositivos matéricos, las herramientas a ser utilizadas, los lenguajes, el montaje de ese ritual performático (conjurometraje/dramaturgias expandidas/curandería), serán ocupaciones de lo que denominaríamos un tiempo futuro. Por ahora, invocamos la presencia de la palabra, que se entrelaza, se zurce y se teje, invocamos su presencia sanadora, para dar paso a aquello que se tiene que decir, a aquello que ya no puede ahogarse en la garganta. Invocamos su sonoridad, su peso, al mismo tiempo que invocamos su fragilidad, para imaginar nuevas mitologías personales y colectivas. Invocamos a las palabras en este texto, para poder nombrar aquello que tanto trabajo y consciencia ha provocado en nosotras.

Día 1

Solicitante envía un audio de voz.

S: Una amiga me dejó tu contacto, mucho gusto de saludarte. Apenas estoy recuperando los ánimos desde el fallecimiento de mi abuelo, quisiera ver de agendar una cita contigo. No sé realmente lo que estoy buscando, pero he tenido una serie de sueños que, ¿quizás te pueda contar? No sé si hacen sentido. Eso. Un saludo desde la costa.

Día 4

Tono de una videollamada entrante, la curandera contesta, mientras enfría soplando su taza de té.

S: Buenas tardes, hola. ¿Me escuchas?

C: Hola, sí. ¿Cómo estás?

S: Muy bien, muy contenta con este encuentro, de verdad muchas gracias por revisar mi caso.

Ambas se miran unos segundos en silencio a través de la pantalla.

Me encuentro saliendo de un tiempo familiar muy complicado, necesito hablar con alguien que no sepa nada de mí.

C: Sólo una cosa sé sobre ti.

S: ¿Sí?

Silencio

S: Dime, te escucho.

C: Tienes un alma pegada a tu aura, puedo sentirlo desde aquí.

Día 17

S: Un baño de flores me suena muy bien, creo que tengo todo anotado y estoy casi segura que lo consigo en un mercado por el centro de la ciudad.

C: No olvides que no tienes que sumergir la cabeza, si la sumerges, se te borrarán todos los recuerdos y ya no sabrás quién eres.

S: ¿No es esa la idea?

C: No, creo que no.

S: Preferirías que supiera de una vez por todas quién soy, ¿verdad?

C: (Leyendo del computador) Yo no recibo órdenes de una mujer me dice. Yo lo miro como…No tienes  idea:  ser  objeto  de  coqueteos,  acoso,  sentirte  menospreciada,  la  única hermana, la única nieta, la única hija: literalmente que tu trabajo valga menos. Se da por hecho que una mujer… Se da por hecho que una mujer haga…diga… grite. Se da por hecho. Se da por hecho que no tengo problemas ni remordimientos por sentir que no tengo competencia. Ser la mimada, la mujercita, ser la chica del grupo de amigos. Sentirte la elegida, la que camina con ellos, me lo permiten, estoy allí para conocerlos en su hábitat natural, conocer cómo ellos miran a las otras mujeres, mientras nos encontramos trabajando. Trabajando en una posición de poder sobre otros: esa soy yo. La mujercita que tiene un oficio tradicionalmente masculino.

Esto me lo mandaste con tu primer mail, ¿recuerdas?

S: Sí, me lo había olvidado la verdad. Supongo que la reciente muerte de mi abuelo me recordó algunas de sus maneras de referirse a mí. No sé.

C: ¿Y tu padre?

S: Ya hablamos de él la anterior semana, ¿te acuerdas?

C: ¿Te parece si uso el texto que me mandaste en el conjuro?

S: Claro que sí.

Día 9

C: Quiero pensar contigo de forma periférica, ¿conoces el mito acerca de la figura de Ifigenia?

S: Sí. Es decir, soy actriz y pues me he topado por ahí con esa obra de Goethe, Ifigenia en Tauris:

“Woman’s fate is lamentable … /
How narrow the limits to her happiness”

Silencio

S: Básicamente es una obra que habla de lo que pasó después del sacrificio-asesinato de Ifigenia perpetrado por su padre, Agamenón.

Se dice que Artemisa habría salvado a la muchacha, intercambiándola justo antes de que la mataran, por una otra criatura en la mesa de la oblación. Ifigenia se convierte entonces en sacerdotisa de su templo. Un día llega su hermano Orestes con otro griego; Ifigenia añora su tierra, ya no quiere ser extranjera. Se anda diciendo: y qué tal y si mi destino era casarme, vivir una vida normal en Grecia… en fin.

Ella quiere volver y pues se arma todo un plan para escapar de la tierra de los taurinos, con el hermano. Orestes le cuenta del matricidio que cometió porque la mamá había matado al padre, porque Agamenón habría sacrificado a Ifigenia. Y aquí quiero hacer un apunte. No, más bien una acotación con todas las letras mayúsculas. El sacrificio de Ifigenia. Más bien: su asesinato.

Su padre la ofrece, sin más, sin decirle, es más: con mentiras la lleva hasta una isla, la acompaña la madre, va su hermano Orestes también. La han preparado toda su vida para eso, nadie le pregunta. Este detalle a mí me revienta las venas, siento el hervor de mi sangre, te confieso.

Bueno, ¿y qué pasaría si ella decide, no sé, pasarse al escenario contiguo y hacer otro papel? Otro papel, no sé, ¿Ofelia?

Silencio

C: Hay mucho peso en esa estirpe. Lo siento mucho.

Un largo silencio

S:

Woman’s fate is NOT lamentable … /Woman’s fate is NOT lamentable

… /Woman’s fate is NOT lamentable … /Woman’s fate is NOT lamentable … /Woman’s fate is NOT lamentable … /Woman’s fate is NOT lamentable/Woman’s fate is NOT lamentable … /Woman’s fate is NOT lamentable/Woman’s fate is NOT lamentable … /Woman’s fate is NOT lamentable … /Woman’s fate is NOT lamentable/Woman’s fate is NOT lamentable … /Woman’s fate is NOT lamentable/Woman’s fate is NOT lamentable … Woman’s fate is NOT lamentable/

Woman’s fate is NOT lamentable/ there are no limits to her happiness.

Día 21. Primera parte

C: Tengo un obsequio para ti.

S: Y yo tengo una noticia para ti.

C: Hoy es nuestra última sesión.

S: Sí, yo sé. Aunque no entiendo cómo es que se termina un proceso como este.

C: No se acaba.

S: ¿Sí?, pues me alegra, me estoy acostumbrando al caos que trajeron tus palabras.

Silencio

S: ¿Cuál es mi regalo?

Conjuro 270787

Ifigenia 2047

 

 Personajes:

Ifigenia
Orestes
Ofelia
Una terapeuta
C de curandera y de cineasta

 

Prólogo

En primer plano, con iluminación estallada, el rostro de Ifigenia con los ojos cerrados, los va abriendo lentamente, se mantiene mirando de frente de manera apacible, luego de unos segundos, se dispone a instalar una especie de audífonos en sus orejas.

Flashbacks en rewind, una mujer con un vestido de tul es ahogada en una tina, su asesina entra al cuarto de baño, su asesina pasa por pasillos, sube las gradas, abre la puerta, flores, una piscina techada, una araña de cristal colgando de un techo, una fiesta, flores.

 

Escena 1

EXT. AFUERA DEL CONDOMINIO/PASILLOS EXTERIORES DEL CONDOMINIO/ASCENSOR/PASILLO INTERIOR ENTRADA CASA DE IFIGENIA- NOCHE

Ifigenia baja del auto y entra casi corriendo al condominio, lleva puesto un vestido heredado de tul, lleva en un hombro el bolso grande lleno de muchas cosas, el cabello empapado, usa zapatillas para correr y carga un ramo de flores en una mano.

Mientras va entrando se la escucha repetir algunas palabras como intentando no olvidarlas, como un mantra nervioso, cuando pasa delante de un gran ventanal de vidrio se detiene súbitamente y mira hacia la piscina techada del condominio, se queda mirando hacia adentro.

I: “Woman’s fate is lamentable … /
how narrow the limits to her happiness”

Ifigenia continúa su camino rumbo a su apartamento, caminando por varios pasajes hasta llegar al ascensor. Entra, comienza a buscar las llaves en el gran bolso que carga y se mira al espejo. Sigue repitiendo la frase en inglés.

Ifigenia sale del ascensor, con las llaves en mano y se dirige a la puerta de su casa, coloca la llave en el picaporte, gira la perilla y la puerta se abre.

 

Escena 2

INT. SALA DE LA CASA DE IFIGENIA – NOCHE

Ifigenia con el vestido heredado de tul, con el cabello arreglado, maquillada, con zapatos elegantes y el mismo ramo de flores en una mano, entra a su departamento y ve sorprendida que en la sala se encuentran reunidas varias personas, todas vestidas elegantes que la miran apenas cruza el umbral de la puerta. Ella reconoce a todas y todos pero no está segura dónde los ha conocido, entra muy despacio y los va saludando tímidamente.

Un hombre con chaleco, su hermano Orestes, la mira desde el otro lado de la sala y se le acerca rápidamente, comienza a hacerle preguntas:

O: Bienvenida, mi genia favorita ¿dónde estabas? ¿Cumpliendo alguna misión secreta que te dejó papá? Yo a veces me pregunto si no hubiera sido mejor que nos intercambiaran los roles ya al nacer. Me hubieran ahorrado un tiempito, gracias.

I: Como si alguna vez en tu vida hubieras cumplido alguna tarea asignada, por favor, tú necesitas que te hagan el trabajo del que no te haces cargo.

O: ¿Vamos de nuevo por favor? Ifigenia amada, aunque no lo parezca, estoy contentísimo por la gran noticia. Qué te puedo decir, te lo mereces completamente. Por esta razón en particular, tengo algo para ti: un regalito pequeñito, como cuando éramos niños.

I: No tengo la más pálida idea de lo que estás hablando, ¿qué noticia?

O: ¿Hace cuánto que no revisas el chat de la familia? Odio que nos tengas silenciados. Pues nada… ¡¡¡¡Sorpresa!!!!

Nos esperan allá en la isla, mañana en la noche. Parece que están un poquito apurados, el papá ya compró los pasajes, ya comencé a empacar por ti. La cita con el catering será por la tarde, todos acá estamos felices de las buenas noticias/

De repente Orestes y todos los demás invitados, comienzan a tener sesiones de Skype, llamadas por Zoom, clases virtuales, reuniones de teletrabajo, todos al mismo tiempo, se encuentran hablando hacia un punto fijo en el espacio donde no necesariamente hay un interlocutor visible. Todos usan audífonos, como el que vimos instalar a Ifigenia en sus orejas al principio.

Ifigenia desconcertada retrocede y busca la puerta de la cocina al fondo del pasillo, gira la perilla y la puerta se abre.

Escena 3

INT. COCINA DE LA CASA DE IFIGENIA – NOCHE

En la mesa del fondo de la cocina están Ifigenia y Orestes, ella sentada, conteniendo la risa mientras sostiene una copa de vino, y él terminando una videoconferencia de pie, mirando al vacío.

O: Les agradezco su tiempo… sí, en serio…es un placer…que pasen buena noche.

Ifigenia y Orestes se miran y rompen en sonoras carcajadas, beben vino, se reclaman. No se entiende realmente qué es lo que ha pasado: podría pensarse que hay un código comunicativo entre ellos desarrollado con el tiempo. Se van acercando uno al otro y comienzan a besarse desaforadamente. Orestes comienza a besarle el cuello, la espalda. Ifigenia comienza a jadear progresivamente, subiendo más y más el volumen del jadeo. La escena se interrumpe cuando se escucha abrir la puerta de la cocina, el intruso no ingresa y ambos, Ifigenia y Orestes, lo miran sorprendidos, como si los hubieran descubierto haciendo algo no permitido.

Escena 4

INT. PASILLO INTERIOR ENTRADA CASA DE IFIGENIA/ ESTUDIO DE LA CASA DE IFIGENIA – DÍA

Ifigenia sale del elevador, con las llaves en mano y se dirige a la puerta de su casa, coloca la llave en el picaporte pero esta vez la llave no es la correcta. Gira la perilla y nada. Intenta una vez más hasta que alguien de adentro la deja pasar. La puerta se abre.

Es la misma Ifigenia quien abre la puerta desde adentro, mira a la visitante y sigue haciendo sus cosas. Vemos un pequeño estudio con algunos equipos de grabación, cámaras, luces; Ifigenia se encuentra terminando de armar el set, mira nuevamente hacia la puerta como si esperase que la visita diga algo.

I: ¿Te vas a quedar mirando? ¡Dame una mano!

Sí, ya sé lo que estás pensando: te pasas de vintage, seguro esos equipos ya ni prenden, podrías hacerlo bien, podrías hacerlo con otra cosa, etcétera… no me importa, yo quiero que la imagen tenga otra calidad, eso es todo.

Silencio

Casi listo. No sabes: encontré esta cámara acá en el escritorio de papá, seguro se quedó de cuando se mudó a la isla. Estuve revisando y encontré esto, dame un segundo…

Ifigenia comienza a manipular una cámara buscando algunos archivos guardados, pero no encuentra lo que busca con facilidad, cuando la foto aparece pega un gritito.

I: ¿Estás listo?

Silencio

Te la muestro a cambio de uno de tus regalitos pequeñitos, ¿te acuerdas?

Black out

  

Escena 5

INT. ESTUDIO DE LA CASA DE IFIGENIA – DÍA

Se ve a Ifigenia en el encuadre de una cámara, de frente, cual si estuviera grabando una entrevista.

I: …sala llena de gente. Todos elegantes, sacos y pantalones de vestir, mi hermano está usando un chaleco, tirantes. Hay un aire de fiesta. Copas de champagne y vasos de whisky reflejan destellos de luz. Suenan calculadas carcajadas y las voces de los animados conversantes entre la música. Entro. Todas las miradas sobre mí. Me esperaban a mí. Pero yo no esperaba verlos. Yo tenía otros planes, pensé que podría estar en mi casa sola. Ellos entran, sin necesidad de abrir las puertas, siempre ha sido así.

Silencio

Me lo había imaginado de esta manera: flores. Flores en todas partes. Sobre todas las superficies. Como un túnel por el que tengo que pasar para llegar a…

Subiendo las gradas miro hacia la terraza, el sol se ha puesto naranja, combina perfectamente con la inundación de flores celestes ocurrida anoche en el segundo piso de mi casa. Al fondo del pasillo, el agua me recibe con una temperatura agradable, me hundo en ella y puedo oler profunda lavanda. Escuchar bajo el agua es tan hermoso, solo por eso podría quedarme para siempre ahí.

Escena 6

INT. PASILLO INTERIOR ENTRADA CASA DE IFIGENIA/ BAÑO DE VISITAS/PASILLOS INTERNOS, HABITACIÓN/BAÑO PRINCIPAL DE LA CASA DE IFIGENIA – ATARDECER

Ifigenia sale del elevador, con las llaves en mano y se dirige a la puerta de su casa, coloca la llave en el picaporte, gira la perilla y la puerta se abre, entra y se quita las zapatillas, deja las llaves, el bolso grande y el ramo de flores, se dirige al baño de invitados para lavarse las manos, prende la luz y sin que le parezca raro, se da cuenta que Orestes está sentado encima de la tapa del inodoro, la mira y menea la cabeza diciendo no, tiene un semblante triste, ella lo mira y lo ignora, se lava las manos y apaga la luz antes de salir, Orestes sigue sentado en la misma posición silente. Saliendo del baño, se ha llevado la toalla con la que se va secando el cabello empapado, mientras sube las escaleras hacia su habitación. En el pasillo se quita el vestido de tul y queda en ropa interior.

Entra a su habitación y va tocando las paredes, sus pasos son indecisos al principio, pero luego se tornan más seguros, camina por el walk-in closet.

Abre la puerta del baño y encuentra a Ofelia en la tina llena de flores, flotando entre margaritas y azucenas con un semblante relajado. Ifigenia se acerca con una sonrisa y se sienta al borde de la tina mirando a Ofelia, ambas se miran.

Ifigenia juega un poco con el agua de la tina y poco a poco acerca su mano al pecho de Ofelia, le acaricia los senos, luego sube su mano por el rostro de Ofelia hasta tomarla por la cabeza, lentamente va presionando su cráneo hacia abajo con el afán de ahogarla. Al principio Ofelia  se entrega pero luego lucha por su vida, intentos fallidos.

Escena 7

En primer plano, con iluminación estallada, el rostro de Ifigenia completamente maquillado se mantiene mirando de frente de manera apacible. Cierra los ojos apretándolos con mucha fuerza. Se escucha el sonido del agua desde el fondo del mar.

Escena 8

INT. BAÑO PLANTA BAJA DE LA CASA DE IFIGENIA – ATARDECER

Ifigenia abre la puerta del baño y encuentra a su terapeuta dentro de la tina vacía. La mujer está vestida con ropa de casa, como si estuviera haciendo teletrabajo. Se miran y enseguida la terapeuta comienza a leer de unas hojas, mientras Ifigenia se quita los pantalones para ingresar a la tina junto con ella.

T: Yo no recibo órdenes de una mujer, me dice. Yo lo miro como…

No tienes idea: ser objeto de coqueteos, acoso, sentirte menospreciada, la única hermana, la única nieta: literalmente, que tu trabajo valga menos.

Silencio

Se da por hecho que una mujer…
Se da por hecho que una mujer haga…diga… grite.

Silencio

Se da por hecho. Se da por hecho que no tengo problemas ni remordimientos por sentir que no tengo competencia. Ser la mimada, la mujercita, ser la chica del grupo de amigos.

Sentirte la elegida, la que camina con ellos, se lo permiten, está allí para conocerlos en su hábitat natural: conocer cómo ellos miran a las otras mujeres, mientras nos encontramos trabajando.

Silencio

Trabajando en una posición de poder sobre otros: esa soy yo. Yo. La mujercita que tiene un oficio tradicionalmente masculino.

Lee en silencio unos segundos tratando de descifrar las palabras del papel

T: Inédito: Ifigenia quiere intercambiar destinos con la mismísima Ofelia. Ofelia, la mujer con el reloj en el pecho.

I: (Dice en tono teatral exagerado un fragmento de Hamlet Machine de Heiner Müller) Arranco de mi pecho el reloj que fue mi corazón. Destrozo la ventana. Con las manos ensangrentadas rompo las fotografías de los hombres que amé y que me utilizaron en la cama, la mesa, la silla.

Silencio

T: ¿Cómo estás? Te noté muy distraída, el tono de tu mensaje…

I: Voy bien. Oye, me gustó eso de intercambiar destinos, ¿crees que todavía estoy a tiempo?

T: Ifigenia, ya hemos hablado de eso. Tienes que quitarte de la cabeza que todos están en tu contra, nadie quiere lastimarte.

I: Sabes a qué me refiero.

T: Hablé con tu padre. Te felicito en serio. Sólo espero que no abandones  las sesiones.

I: Eso jamás, a quién le voy a contar mis aterradores sueños.

T: ¿La fiesta? ¿Sigues soñando que venimos a matarte vestidos de gala?

Silencio

T: Vamos a revisar las dosis… disculpa un segundo

La terapeuta comienza a tener otra sesión por videollamada, mirando a un punto fijo con los audífonos puestos, toma apuntes. Mientras, Ifigenia va saliendo de la tina, se seca con una toalla y abandona el baño.

Escena 9

EXT. TECHO DE LA CASA DE IFIGENIA – ATARDECER

Ifigenia sentada en el techo de la casa mira las montañas, usa el vestido de tul y las zapatillas; aunque su mirada parece perdida, se ve decidida.

I: Destino, hagamos un trato. Yo te tuerzo un poco y tú sólo te quedas mirando. Mirando cómo desobedezco todas las reglas por las que estoy acá.

“Sé sensible, pero con tus hijos, sé poderosa pero no tanto”, soy la princesa de Mario Bros. pidiendo justa reivindicación. Quiero ser la protagonista sin tener que enamorarme del protagonista para llegar a ser perceptible.

Destino, no quiero ver mi vida desde el punto de vista de ninguna otra persona que no sea yo.

Comienza a sonar el celular de Ifigenia, es Orestes al otro lado de la llamada, llamada que es ignorada por completo. Ifigenia se para sobre el techo y abre los brazos. Salta y se lanza al vacío. Orestes desde el patio de la casa la observa alzar vuelo. Ifigenia abre los ojos y aparece dentro de la tina del baño principal de su casa, llena de agua y flores.

 

Epílogo

BAÑO PRINCIPAL DE LA CASA DE IFIGENIA – ATARDECER

Ifigenia dentro de la tina con agua y flores abre los ojos, puede verse a ella misma sentada en el borde de la bañera. Es ella misma quien intenta que su cuerpo no salga para respirar. Finalmente deja de luchar y su cuerpo recibe el agua con placer. Flota entre jazmines y margaritas.

C: (Grita) ¡Corte! Gracias Cielo, ya puedes salir de la bañera. Por favor, dale la mano y traigan una toalla para ella. Gracias en serio, estuviste genial.

I: ¿Eso es todo?

C: Sí, ya tenemos las tomas que necesitábamos. Tu imagen quedó bellamente fotografiada, gracias.

I: ¿Entonces puedo irme?

Silencio

C: Puedes hacerlo. Nosotras limpiamos, no te preocupes. Puedes dejar todo atrás, no te lleves nada. No lo vas a necesitar. Estás limpia ya. No sé cómo lo logramos tan rápido pero ya está. Sé que es difícil al inicio creer que nuestra sanación nos abraza, de a poco, más fuerte.

Tememos abrazarla también, quizás pienses que no te la mereces, pero creo que no tienes que ser tan dura contigo. Puedes quitarte ese vestido de tul, mi Cielo. Ponte cómoda, sécate el cabello. Ya te puedes ir.

Ambas se miran unos segundos en silencio y recuerdan que ya se habían mirado antes a través de una pantalla. También recuerdan que se conocieron en sueños.

I: Disculpas, no te entendí

C: Que sí, que ya terminamos. Ella te muestra la puerta.

Ifigenia sale del baño mientras todos comienzan a desmantelar el set para armar la siguiente escena, los foquistas hacen bromas sobre el catering, la asistente de dirección da órdenes para continuar con el rodaje. Ella escucha las voces mientras se va alejando, recoge sus cosas de un cuarto contiguo donde se habría instalado maquillaje y vestuario.

  

Día 21. Segunda parte

S: Ya, me voy de viaje.

C: Me alegro muchísimo. No necesitaste tanto tiempo como imaginabas.

S: Me gustó el conjuro que armamos.

Ifigenia termina de cambiarse y se dirige hacia el baño que le dijeron podía utilizar. Sigue escuchando las voces de los técnicos y de los actores de fondo, reconoce la risa de quien ahora interpreta el papel de Ifigenia. Al cerrar la puerta del baño las voces desaparecen por completo.

S: Te agradezco tu tiempo, la limpieza.

Ifigenia sale del set de rodaje. Un taxi la espera en la puerta. La productora se despide de ella con un abrazo y le desea feliz retorno a casa.

 

fin

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